Acerca de mí

Mi foto
Soy lingüista y letrera, madre y abuela. A veces leo, a veces escribo. Desde este domicilio.

domingo, 31 de diciembre de 2017

PLEGARIA






Reja del cementerio
Ábrete ya

Suelta a los muertos, reja

Reja del cementerio
De las tumbas
Suéltalos
Reja de la cárcel
Pesada
Reja de hierro
Suéltalos oxidada
Reja desgracia y desgraciada
Reja infamia y madre de infamias
Hija de infames reja
Reja sádica sátrapa sapa
Reja cómplice muda
Reja de la tortura
Reja torcida y retorcida
Zafia reja perversa
Madre de maldiciones
Reja suéltalos







PROCESIÓN




Cuerpo que fue sepelio procesión elegía
De negro por las calles y llorando el zapato
Los zapatos que fueron
          En el pie
Lo que queda en la acera del zapato del pie

Cuerpo que fue zapato
De negro por las calles y llorando
         El zapato hoja muerta niño herido mutilado el zapato.

Cuerpo que fue cien cruces 
Las cruces y el silencio
La urna el hueco el luto por las calles y llorando

Cuerpo que fue el sepelio el obituario



Sigue muriendo el cuerpo
De negro por las calles y llorando

lunes, 31 de julio de 2017

Muda en tierra ajena





Apenas si puedo escribir. No logro hilar palabras para dar sentido al dolor, al miedo, a la impotencia, al desamparo. Como en esos sueños terribles en los que se abre la boca pero el grito no sale por más que duela el esfuerzo en la garganta, yo intento expresar algo que se resiste a la forma de una palabra, que rebasa toda sujeción a la secuencia gramatical. La línea del sintagma es un abismo y lo contemplo muda. 

Sólo en el cuerpo el hambre, la migraña, la sed, la facitis plantar; en el cuerpo el arenoso insomnio, el dolor en la espalda, el cansancio, el miedo. Llevo días en el llanto, en el estómago contraído, en las uñas mordidas hasta la sangre.  Dije que llevo días pero es el mismo día, la misma única hora repitiéndose, hora refleja de sí misma, y ya no sé qué tiempo es el que vivo. 

Dije que vivo y llamo vivir esto de llorar sobre el desayuno, esto de contar muertos y volver a llorar,  esto de abrir la nevera y agua amarga, esto de caminar sobre los escombros y la basura,  este olor a podrido en las esquinas, este miedo, esta rabia.  

Que tumbaron las puertas de mi casa, que robaron mi lengua y envenenaron las palabras. Que me prohibieron cruzar una calle. Que bailaron sobre mis muertos y se mofaron de mi llanto. Que me obligaron a besar a sus dioses, Que dijeron que yo no existo. Que hablar no puedo, moro en tierra ajena aunque no haya saldo de mi casa, en este domicilio donde lloro a diario.